martes, 14 de junio de 2011

EL INFINITO EN LA POESÍA

Siempre caro me fue este yermo monte
y ese obstáculo, que de esta parte
del último horizonte la vista excluye.
Más sentado y mirando interminables
espacios tras él y sobrehumanos
silencios, y profundísima quietud.
Mi mente imagina; tanto que por poco
mi corazón se asusta. Y como el viento
oigo susurrar entre las plantas, yo aquel
infinito silencio a esta voz
voy comparando: y me acuerdo de lo eterno,
y las muertas estaciones, la presente viva, y su sonido. Así en esta
inmensidad mi pensamiento se hunde:
y el naufragio me es dulce en este mar.

Giacomo Leopardi (1798 - 1837)

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