domingo, 26 de marzo de 2017

¿CONTAMOS PROBLEMAS COMO UN CUENTO?

Continuamos esta semana con la resolución de problemas. ¿Cómo enseñamos a resolver problemas? ¿Basta con hacer una cuentas, ecuaciones, algoritmos y ya está? ¿O buscamos una reflexión? ¿Un resultado? ¿Una conclusión? El ritmo frenético en el que nos zambullimos a diario en nuestras aulas, la presión de tener 50 minutos que acaban a golpe de campana, a veces nos impiden estar el tiempo que requiere profundizar en un problema determinado. Nos empeñamos en hacer problemas y más problemas porque los alumnos no terminan de entenderlos pero, ¿no sería mejor detenernos todo el tiempo que sea necesario en tan sólo un problema? ¿Cuántos problemas son necesarios para que los alumnos interioricen y comprendan realmente lo que están haciendo y no sólo se queden con "la receta" que les permite aprobar? Muchas veces tengo la sensación de que los alumnos sólo escuchan el día antes del examen para ver qué es lo que entra. Cuando en realidad lo que entra es todo lo visto hasta entonces.



Tratando de contar de otro forma los problemas, busqué material en el canal de Javier Caboblanco (canal de youtube que recomiendo) y me quedé embobada viendo como este maestro cuenta cuentos a sus alumnos. ¿Cuentos? Sí. Cuentos. Y ¿para qué? Resulta que para todo. Contenidos de ciencias, de lengua y hasta de matemáticas. Javier Caboblanco sabe narrar y captar la atención de sus alumnos con tan solo un folio que dobla y convierte en cuentos. A mi me gustan los cuentos. Creo que a todo el mundo le gustan los cuentos. Desde tiempos inmemoriales se han contado cuentos, la gente se ha reunido para que le cuenten historias. ¿Por qué gustan los cuentos? ¿Solo por el final o por toda la historia que relatan? Yo creo que el cuento se disfruta del principio al final, ¡claro! que depende quién te lo cuente te entretiene más o menos. Yo quería esta poderosa herramienta para mis alumnos. Yo quiero que mis alumnos se concentren y disfruten con un sólo problema, como si estuvieran leyendo un cuento o escuchándolo. Como en el cuento, un problema es importante de principio a fin, tiene un comienzo, un desarrollo y un desenlace y, todo es importante. Además utilizando el folio que plegamos materializamos cada una de las etapas del cuento, en mi caso cada una de las etapas de resolución de un problema.


Si realizamos 20 problemas con nuestros alumnos, sin duda hemos hecho un buen trabajo como profesores pero, ¿qué recuerdan los alumnos? Que los problemas son un rollo, que no hay quién los entienda, que es un trabajo largo y pesado que nunca acaba. En definitiva, a veces, les creamos una angustia que les provoca un rechazo absoluto a los problemas. ¿Probamos a contarles un problema como un cuento? Sólo uno. Además, una vez que lo tengan en sus manos y vean que es algo agradable de ver y poco a poco comprensible a su cabecita serán capaces de abordar más problemas. Con el libro problema en sus manos visualizan los cuatro pasos que hay que realizar para resolver el problema. Ya no es sólo que escribamos en la pizarra los pasos, es que esos pasos forman parte de una página de su librito. Y además luego, tienen contado (resuelto) un problema siguiendo esos pasos. Es más, cuando pasan las semanas de haber contado ese primer problema y abordamos otros problemas con otros temas, los alumnos recuerdan que hay cuatro pasos para resolver o contar esos problemas.

Dejo aquí un vídeo donde se ve en primer lugar el pequeño libro problema que realicé de ejemplo para que los alumnos comprendieran qué íbamos a hacer y después de ven los que hicieron los alumnos. El del ejemplo está hecho con un DIN-A4  y los alumnos lo hicieron con DIN-A3 para que quedase más grande y pudiéramos exponerlo en clase. Una vez acabado cada pareja de alumnos cuenta su problema a sus compañeros.


Y aquí cómo se dobla la hoja de papel para poder hacer el libro problema. Basta con que cada uno luego lo personalice. 




jueves, 9 de marzo de 2017

LOS PROBLEMAS ESTRELLA

¡Qué difíciles son los problemas!
 ¡Cuántos quebraderos de cabeza nos dan!

 A los alumnos porque todo les parece imposible y a los profesores porque ya no sabemos cómo explicarlos. Y el caso es que cuando pasan los cursos y los alumnos van madurando parece que terminan por entenderlos. Pero seamos realistas, en un 1º y 2º ESO los alumnos (12 - 13 años) no están lo suficientemente maduros como para entender muchos problemas. ¿No sería más fácil si aprendemos a contar los problemas de otra manera diferente a la tradicional? A veces sólo hay que saber presentar adecuadamente un producto para colocarlo en el mercado y venderlo. Así hablaría un economista, ¿no?. Pues creo que tenemos que aprender de todos un poco y emplear nuevos caminos para poder llegar a nuestros alumnos. 

Y ¿a qué viene tanta palabrería? Todo ello para introducir  mis problemas estrella. Se me ocurrió que las estrellas iluminan de noche nuestro camino y resolver un problema puede ser como andar a oscuras en medio de una noche sin luz. Así que estas estrellas nos servirán de luz y guía para resolver  nuestros problemas de proporcionalidad, intereses y repartos proporcionales.



Cada estrella tiene un problema resuelto y se indican palabras o pasos claves para resolverlos, pero no tiene enunciado. Los alumnos por parejas o grupos tienen que inventar un enunciado que se ajuste a los datos y la resolución que aparecen en la estrella. Una vez que se inventan el problema lo resuelven en sus cuadernos y posteriormente lo explican y resuelven en la pizarra para que toda la clase tenga ese problema. Para realizar esta actividad es necesario que previamente los alumnos hayan visto al menos un ejemplo de cada problema.


Una vez que se acaban las exposiciones las estrellas problemas quedan colgadas de la pared del aula como recordatorio de todos y cada uno de los tipos de problemas que se han visto. 


No sé si aprenden más, pero tengo claro que SÍ escuchan más que si el profesor llega y cuenta o resuelve los problemas. Además les gusta ver cómo su clase se llena con material que ellos han trabajado y a mí me sirve para que ellos repasen aún sin saberlo los tipos de problemas que hemos visto porque quedan a su vista durante todas las clases y todos los días. 

Dejo aquí el vídeo donde se pueden ver las estrellas trabajadas y su interior. 



Otra modalidad de uso de estas estrellas es realizar unas más pequeñas que se pueden pegar en el cuaderno. Así cada alumno tiene la suya. Son muy fáciles de realizar y rápidas. Tan sólo hay que recortar y pegar un triángulo que se pliega. En el siguiente vídeo se ven cómo realizarlas y cómo podemos utilizarlas en los cuadernos. 


¡Adelante! llenemos nuestros cuadernos de luz y color para que nuestros alumnos tengan la suficiente energía para resolver problemas. 

viernes, 3 de marzo de 2017

¿UN REGALO EN EL AULA?

¿Qué ocurriría si un día llego a mi clase de 2º ESO (alumnos de 13 años) con un regalo? ¿Qué tipo de regalo? ¿Mostrarían interés por el regalo? ¿Les gustaría el regalo? ¿Un regalo del profe a sus alumnos? ¿Pensarían los alumnos, ¡esta profe se ha vuelto loca!? 



Cuando llegamos a un aula como profesores, ¿qué llevamos en nuestra cabeza? Solemos llevar:
  • los contenidos que tenemos que dar.
  • qué ejercicios vamos a corregir.
  • qué idea principal quiero que mis alumnos aprendan ese día.
  • ............................
  •  que fulanito trabaje y no me de guerra, que menganito esté atento y escuche,....
Pero ¿Cómo hago para que mis alumnos realmente me escuchen y no sólo estén haciendo bulto en el aula? ¿Cómo lograr su atención?  ¿Cómo lograr que incorporen las ideas que tengo que explicarles a su cabecita llena de todo, menos de ganas de trabajar? Este curso creo que a veces lo consigo con un regalo. Sí, si, con un regalo. 

Si yo llegase a clase diciéndoles lo importante que es la prioridad de las operaciones o que la idea principal de la unidad que estamos tratando son las propiedades de las potencias,... Estoy convencida que solo uno o dos alumnos me escucharía en ese momento y que a los diez minutos, incluso éstos se les habría olvidado lo que acabo de decir. Sin embargo si llego con un regalo como los que acabáis de ver en la imagen anterior, los alumnos piensan: ¿Qué es eso? Es algo diferente, parece un regalo, ¿qué será? ¿Para qué trae la profe eso a la clase? Y cuando les dices que es un regalo para ellos, todos miran a ver qué es. He conseguido mi primer objetivo, la atención está centrada en ese objeto. A todos nos hace ilusión recibir regalos, sean del tipo que sean. ¿Y qué tienen esos regalos? Porque además de parecer regalos, se pueden abrir como regalos. En el interior se encuentra un regalo que como profesores queremos hacer a nuestros alumnos. Se encuentra esa idea que queremos destacar de la unidad que estamos tratando. 


El o los primeros regalos son confeccionados por el profesor, a partir del tercero o el cuarto los alumnos empiezan a pedir colorear ellos mismos las tarjetas que llevas a clase en forma de regalo. Es una bonita manera de que los alumnos participen en realizar unos murales resumen que quedan expuestos en la clase a la vista de todos durante las 6 horas que permanecen en su aula. Y además ¡a ellos les gusta!. Otro objetivo conseguido, fomentar la participación del alumno y mejorar su autoestima.



Suena todo muy bonito, pero ¡seguro que hay que invertir mucho tiempo en hacer las tarjetas!. Antes de comenzar a elaborar estas tarjetas, lo primero que pensé es que no quería invertir demasiado tiempo en ellas pues no lo tengo. Y realmente no te lleva más que cinco minutos elaborar la tarjeta como podéis ver en el siguiente vídeo y otros cinco minutos escribir o dibujar el contenido. Para que sean realmente útiles, al menos al principio, es recomendable que el profesor escriba o dibuje el contenido que quiera resaltar y que los alumnos lo pinten. En mi caso los alumnos no saben qué poner o cómo ponerlo. Aquí os dejo el vídeo para qué veáis cómo se hace. 



Después de haber elaborado unas cuantas tarjetas te das cuenta que todo es mejorable. Cuando están colgadas en la pared te das cuenta de que hay elementos de la tarjeta que no se ven bien o que no se ve lo que realmente quieres resaltar. Bueno, es cuestión de ir aprendiendo con el tiempo.